Óscar Garrido Álvarez, Rector Universidad de Los Lagos

La definición clásica de democracia menciona que es el sistema político en el cual la soberanía reside en el pueblo y es una sociedad donde se reconoce y respeta como valores esenciales la libertad y la igualdad de todos los ciudadanos. Hemos sido testigos de un impecable proceso eleccionario realizado por primera vez en dos días, donde también por primera vez se eligió a los gobernadores regionales y se eligió una asamblea constituyente paritaria y con escaños reservados para pueblos originarios. Las expectativas de participación eran inciertas frente a la alta votación del plebiscito de octubre, lográndose una participación de un 43% del padrón electoral, con un millón de votos menos que la votación de octubre, alcanzando los 6 millones y medio de votantes.

Los análisis políticos son variados y el resultado no fue triunfalista por todos los sectores como en elecciones de antaño. La política tradicional y los políticos tradicionales, están en retirada y de uno u otro modo, los movimientos sociales y ciudadanos, han logrado una cabida importante en el escenario político que viene a reconfigurarlo. Hoy Chile es más diverso y los representantes de la convención constitucional son el reflejo de una nueva configuración de fuerzas que requerirá de acuerdos y el establecimiento de alianzas para escribir la nueva constitución que guiará el futuro de los chilenos de las próximas décadas. Aún es pronto para sacar todas las lecciones y poder reconocer como incidieron en los resultados la mala evaluación del gobierno, los aportes económicos en algunos candidatos, o como estos resultados afectarán las elecciones presidenciales y permitirán avanzar con la última etapa del gobierno actual.

El mensaje de la ciudadanía en el plebiscito de octubre fue claro en señalar que no querían uan convención constituyente con parlamentarios, si ellos representan la política tradicional, el mensaje se ratifica en esta nueva elección, donde los conglomerados que han gobernado los últimos 40 años son los grandes perdedores, y se alzan como grandes ganadores candidatos ajenos a los partidos políticos. El cambio de Constitución es el resultado de las protestas de octubre de 2019, donde el país habló fuerte y claro por un

cambio real en el modelo de desarrollo del país. Para finalizar, quiero expresar que llegó el momento de retomar los principios básicos de la democracia, respetar la soberanía y dar respuesta a las expectativas ciudadanas en base a la libertad e igualdad que profesa un sistema político democrático que no está en cuestión.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *