Con motivo del Día Mundial del Medioambiente 2024, resulta fundamental considerar la
repercusión que la industria cosmética ejerce sobre nuestro mundo. La producción y el consumo
de productos han crecido exponencialmente en las últimas décadas, lo que ha traído consigo
serias implicaciones ecológicas que no podemos ignorar.
Desde la extracción de materias primas hasta la eliminación de envases, cada etapa del ciclo de
vida de un producto puede generar residuos y emisiones perjudiciales. La industria se enfrenta a
un desafío crítico: la necesidad de transformar sus prácticas para minimizar su impacto. Esta
realidad también nos presenta una oportunidad única para liderar el cambio hacia prácticas más
sostenibles.
La formulación de productos que sean respetuosos con el entorno y el planeta es fundamental
para hacer efectivo este compromiso. Esto implica seleccionar ingredientes que no solo sean
efectivos y seguros para los consumidores, sino que también sean obtenidos de manera
responsable y tengan una repercusión mínima en los ecosistemas. Además, es fundamental utilizar
materiales reciclados y reciclables en los envases, disminuyendo así la huella de carbono y el
desperdicio de plástico.
En términos de operaciones de las empresas, la adopción de prácticas de producción que
minimicen el uso de recursos naturales y la generación de residuos es vital. Invertir en energía
renovable para las fábricas y promover la economía circular a través de programas de reciclaje y
reutilización de productos, son pasos necesarios hacia un modelo de negocio más sostenible.
Sin embargo, estos esfuerzos deben ser continuos y se debe evolucionar constantemente. La
sostenibilidad no es una meta estática, sino un proceso dinámico que requiere colaboración y
transparencia. Las alianzas con organizaciones medioambientales, investigadores y otras empresas
del sector son fundamentales para compartir conocimientos y desarrollar soluciones innovadoras
que beneficien a las comunidades y al planeta.
El impacto de la industria cosmética en el medioambiente es innegable, pero también lo es
nuestra capacidad para transformar esta consecuencia en positivo. Al abrazar la sostenibilidad
como un pilar central de nuestra estrategia empresarial, podemos inspirar a otros a seguir este
ejemplo y contribuir a un futuro más saludable y equilibrado para todos. Juntos, podemos marcar
la diferencia y garantizar que la belleza no solo sea superficial, sino que también refleje un
profundo respeto y cuidado por nuestro mundo.
Paula Araya
Gerente General The Body Shop Chile.