La entrega de los resultados de la PAES de invierno pasó casi desapercibida. Las
autoridades destacaron dos aspectos: que 9 de cada 10 personas que la rindieron
mejoraron sus puntajes en al menos una de las pruebas y que la tasa de
asistencia de los inscritos fue alta, a pesar de los temporales que afectaron al país
durante su realización.
La mejora en al menos una de las pruebas es algo esperable si consideramos que
la asistencia a preuniversitarios o incluso universidad, ayuda en la mejora de
resultados.
Sin embargo, no se mencionaron promedios ni medianas en términos del puntaje
alcanzado por los inscritos en las pruebas de selección. Tampoco se abordaron
las brechas, incluso utilizando el indicador D de Cohen, que según las autoridades
es más preciso y considera la variabilidad de los resultados dentro de una
población y su tamaño, entre los puntajes y la procedencia de los estudiantes.
Aparentemente, no antes de noviembre se podrían conocer los datos que nos
permitan analizar si permanece la tendencia de grandes diferencias de puntaje
dependiendo de la procedencia escolar de los estudiantes o si hemos avanzado
algo en el propósito de mejorar la calidad de la educación transversal de nuestros
niños y jóvenes. Es una lástima porque es negativo para hacer estudios y la
transparencia del sistema.